
A inicios de julio el gobierno del Distrito Federal aprobó la creación de un Fondo para Creadores con el que buscará asignar becas a las personas dedicadas a las manifestaciones culturales y artísticas.
Ojalá no se caiga en el juego de ofrecer becas a aquellos que no aportan. No se trata de patrocinar un arte que no aporta nada al país o la ciudad, a cosas efímeras que no se insertarán en el imaginario colectivo. No es válido que se patrocine arte que no hay.
Hoy existe un gran basurero. Se han aprovechado de la palabra artista y la han manipulado de diferentes formas para que salgan a la palestra toda una mafia que se adjudica el nombre. Acaparan las becas y, después, surgen las famosas empresas culturales que, a su vez, se aprovechan de ellos. El resultado es el mismo. No hay aporte alguno.
Hay gente creativa con mucha capacidad para generar arte y dejar huella en la ciudad. No obstante, no se les apoya por no formar parte del grupo político en el poder. El gran peligro de las nuevas becas del GDF es el uso partidario de su asignación. Una política cultural requiere urgentemente de despartidizar los recursos.
(Ver más información aquí)